A riesgo de parecerme a los lambiscones de MedioTiempo.com, voy a decir que la derrota 3-1 ante Brasil sirve más que cualquier victoria pedorra contra Panamá en Puebla o Paraguay en Los Angeles.

¿Por qué?

1. El rival ofreció lo mejor que tiene: Ronaldinho, Kaká (no olviden el acento) y Robinho. No hay más.
2. El partido se jugó en un ambiente totalmente hostil para el equipo mexicano. El 90% de los aficionados que llenaron el estadio eran brasileños.
3. Este es exactamente el tipo de partidos amistosos que debe calendarizar la Selección. Contra rivales de peso y jugando en calidad de visitantes.
4. Las conclusiones deben sacarse de los primeros 75 minutos, cuando el marcador estaba empatado 1-1. El resto del partido sirvió para darle minutos a Carlos Vela y Giovanni Dos Santos y nada más. Como en los juegos de pretemporada de la NFL. Lo importante sucede en los primeros dos cuartos, y son los que más les importan a los entrenadores.
5. Guillermo Ochoa debe ser el arquero titular, sin discusión.
6. Andrés Guardado sigue siendo lo mejor que tiene México sobre la cancha.
7. Nery Castillo, con todo y su gran talento, necesita un par de sapes cura-crudas para que se le quite lo goloso y temperamental.
8. El equipo sigue sufriendo de desatenciones defensivas. Los tres goles de Brasil cayeron en situaciones en las que los defensas mexicanos andaban tragando rebanadas de cuacha.
9. No deja de ser una derrota y, hasta la fecha, Hugo Sánchez no ha entregado ninguna victoria digna de reconocimiento (en Copa América se le ganó a un Brasil al que se le anuló un gol incorrectamente, y a unos Paraguay y Uruguay con un jugador menos).

Y ya me voy a dormir...