La Selección Mexicana está en semifinales de la Copa Oro después de vencer muy apretadamente a Costa Rica. Hay tres temas calientitos relacionados con el desempeño del equipo mexicano:

1. Comienzan a subir de volúmen las opiniones de que Hugo Sánchez es un entrenador con una limitada capacidad táctica. Que no tiene variantes, que no es capaz de hacer ajustes durante un partido, que no sabe responder a lo que le propone el equipo rival. Lo que sí es un hecho es que en el partido ante Costa Rica sacó a Gerardo Torrado, tal vez el mejor jugador sobre la cancha, por su muy babosa regla (que viene desde que era entrenador en Pumas) de sustituír a jugadores amonestados.

2. Hay quienes dicen que la falta de entendimiento entre los seleccionados mexicanos es producto de una división en el equipo, entre los que son del bando de Hugo y los que son del bando de La Volpe. Esto lo escribe Martha Guerra de ESPN Deportes.

Por cierto, fíjense como Martha, alias la super groupie de Hugo Sánchez, ya abrió el paraguas en caso de que nos elimine la selección de Guadalupe diciendo que el 80% de su plantel juega en Europa. Andele pues, mi reina, entonces aguas porque casi casi vamos contra Francia.

3. Y finalmente, también ya empezaron las teorías de conspiración que tanto me gustan. David Faitelson de ESPN Deportes acusa a la CONCACAF de manipular los partidos para asegurar que Estados Unidos y México sean los equipos que lleguen a la final. Mi primera reacción fue pensar "Ahora sí te mamaste, Faitelson!", pero es un hecho que una final entre "Gabachos" y "Paisas" generaría mucho más dinero que con Canadá o Guadalupe, y se mueven tantos intereses lángaros dentro el fútbol que no me sorprendería si todo esto fuera cierto.